El escritor francés Marc Levy desde su novela "Las cosas que no nos dijimos" nos lanza la siguiente pregunta "¿Y si tuvieras una segunda oportunidad?", de eso trata este previsible libro.
No creo mucho en las segundas partes, en lo que al cine se refiere pocas veces segundas partes fueron buenas, si nos vamos a la literatura, he leído segundas partes de una saga y siempre pienso que como la primera ninguna, en las relaciones afectivas pasa casi lo mismo, alguna vez he comido en un restaurante y como no me ha gustado no he vuelto a entrar jamás. Si le damos una segunda oportunidad a una relación de pareja ¿que probabilidades hay de que salga bien? Para dar una segunda oportunidad al amor ¿hay que olvidar lo que nos hizo romper en la primera ocasión? Si no olvidamos los errores, los temores, las inseguridades, ¿saldrá bien? La confianza ¿es la misma? Con lo cual ¿es recomendable una segunda oportunidad?
En la amistad, ese estado entre varias personas tan difícil de conseguir, ¿una segunda oportunidad si se ha roto una amistad verdadera es aconsejable? A mí me ha pasado tan solo una vez. He dado una segunda oportunidad a una relación de amistad de hace muchos años. Tuve una compañera de trabajo que se convirtió en amiga, no todas las compañeras de trabajo se vuelven amigas, pero X sí porque para mí teníamos cosas en común, nos entendíamos, lo pasábamos bien, compartíamos cosas...pero por causas que ahora no vienen al caso la amistad se rompe, nos distanciamos. Como me importaba mucha esa relación sentí lo normal, tristeza, vacío, decepción no por ella sino por las expectativas que tenía, ¡había encontrado a una persona de confianza afín a mí y se acabó!
Pasa el tiempo y el destino, que está ahí para algo, nos vuelve a unir, hablamos y ¡como el primer día! Si no creo en segundas oportunidades ¿para que le dí una segunda a esta amistad? Porque pensaba que podría merecer la pena, para mí si merece la pena esta segunda oportunidad y cabe el temor de volver a distanciarnos de nuevo, pero no por eso no he dejado de confiar y sigo contándole mis cosas, mis preocupaciones, mis alegrías, todo lo que ella está dispuesta a escuchar.
Si para mí algo no merece una segunda oportunidad, vivir una segunda parte, ni me lo planteo. Tiene que ser realmente importante para mí.
Si no tentamos de nuevo a la suerte ¿nos perdemos algo? De todos modos, sigo diciendo la típica frase que me sale solita y es que...segundas partes nunca fueron buenas y la excepción sigue confirmando la regla...