sábado, 29 de diciembre de 2012

Ganas de 2013

Tengo ganas de empezar el año. No me ha ido mal 2012 lo que pasa es que me gusta estrenar cosas. Y lo de estrenar un año me gusta muchísimo. Todo un año con sus 12 meses lleno de cosas nuevas, seguro que vendrán momentos malos, regulares pero también los habrá buenos, espectaculares e inolvidables.

No voy a hacer balance del año que termina. Si tengo la capacidad de quedarme con lo bueno, el balance no tiene sentido y la verdad, ¿para qué sirve? Lo que pasó ahí se queda. Tengo la capacidad de romper con las cosas que no me hacen bien, con las que me entristecen y decepcionan. 

Una de las cosas que estoy viendo estos días en las redes sociales es la expresión "el último sábado del año, el último viernes, el último cine..." y me agobia mucho. Hoy me ponía mi mascarilla facial semanal y sonreí al pensar en que es mi última mascarilla del año...Eso de "el último" me sabe como al fin de algo y prefiero pensar en la palabra continuar, seguir, avanzar. No quiero tener lo último de nada. Quiero que todo sume, que sea una cosa más. 

No espero nada del año que entra. No quiero soñar ni desear nada. Quiero que me sorprenda. Si la regla que me viene ocurriendo se cumple, éste será un buen año porque curiosamente me han pasado cosas muy buenas en los años impares. ¿Lo más importante? Me casé en el año 2007 y ahí empezó a suceder cosas. 

Sea como sea y venga como venga lo voy a aprovechar, a vivir intensamente, a seguir interesándome las cosas importes de la vida que curiosamente son las más pequeñas y las que no cuestan dinero. Las cosas del corazón y los sentimientos. 

Sólo siento algo como lo último del año. Esta entrada.

Te espero en 2013.

Feliz Año Nuevo.




lunes, 17 de diciembre de 2012

¿Por qué no?

En Navidad hay dos grupos de personas que tienen opiniones diferentes sobre estas fechas. Los niños están encantados, contentos, ilusionados, felices...Los adultos están deseando que pasen y piensan que todo esto es un rollo. Quiero volver a sentir lo que sienten los del primer grupo.

Recuerdo que cuando era pequeña me ilusionaba mucho la Navidad, me gustaba poner el árbol, adornos, escuchar villancicos y creer que mis sueños se iban a cumplir porque para eso está la Navidad, para que se cumplan los sueños. 





He salido a comprar los regalos y me he encontrado con gente que piensa que son fiestas hipócritas, falsas, donde el gasto es innecesario, gente que le nombras el árbol y te ponen caras raras y otras que están hartas de escuchar villancicos en los abarrotados centros comerciales.

Este año yo empecé igual. De entrada me daba una pereza tremenda poner el árbol. No tengo niños y lo he puesto para mí, para nosotros, mi señor J y yo. Y me ha quedado precioso. La otra tarde, mi vecina puso un CD de villancicos a todo volumen y lejos de molestarme me gustó. Esos mismos cantaba cuando era pequeña. 

Este año voy a salir a buscar gente feliz porque estamos en fiestas. Voy a pararme a ver el alumbrado. Voy a comprar muchos bombones. Y voy a alegrarme porque un año más puedo compartir todo esto con mi familia y amigos. Y aunque mi abuela no está del todo bien, si Dios quiere, estará en la mesa con nosotros. Y el año que viene ya se verá. Porque en realidad no sabemos que nos va a traer el nuevo año, no sabemos si el mundo se va a acabar, si éstas son las últimas...




Y yo tengo mucho que celebrar. Mi sobrino está descubriendo la Navidad y quiero disfrutar de eso, mi señor J sigue queriéndome cada vez más, mi familia está bien, quiero cantar villancicos, quiero compartir momentos alrededor de unas tapas, un café, unas copas, quiero felicitar las fiestas porque estamos vivos y eso hay que celebrarlo y aparte de todo esto vamos a estrenar un año. 

Así que pensaré en los que no están y en vez de estar triste y ponerme el traje de El Grinch voy a ponerme un vestido de fiesta, unos zapatos de tacón altos, un pintalabios de color rojo y voy  a disfrutar de estas fiestas porque hay que vivirlas como si fueran las últimas. 

Feliz Navidad. 


(Fotos:Pinterest)

martes, 11 de diciembre de 2012

Un experimento

Este año voy a experimentar algo. Quiero saber cuanta verdad hay en esos mensajes que se envían al móvil por Navidad. Esos mensajes que te desean que el próximo año sea el de tu vida, de sueños cumplidos, con más salud si cabe y que la amistad dure en el tiempo.

Este año no voy a ser la primera en enviarlos. Y aquí viene mi experimento. Quiero comprobar quien se acuerda de mi realmente. Quien se toma unos segundos para enviarme un mensaje deseándome un año fabuloso. Y no me sirven los mensajes en cadena donde le das a copiar a toda tu agenda de contactos.





Me refiero a ese mensaje pensado solo para mi. Quiero saber quien realmente se para y piensa durante unos segundos que quiere que me traiga 2013. Y tengo toda la tecnología gratis habida y por haber. Dejando el sms que cuesta unos céntimos, así gratis tengo el correo electrónico, facebook, twitter y whatssapp, vamos no será por medios.  A ver, me haría muchísima ilusión recibir una felicitación de Navidad, pero eso de comprarla, escribirla con una letra mona, ponerle un sello (¿qué es eso?) y enviarla se que no va a ocurrir. Hay medios gratis. 

Por eso, este año voy a esperar y doy tres oportunidades. Una la felicitación de Navidad, otra la de Nochevieja y la tercera la de Reyes. La de Navidad lo típico, que tenga una buena cena en compañía de toda mi familia y bla, bla, bla. La de Nochevieja pues eso, tener una buena entrada de año y que no me atragante con las uvas (aquí se pide un pelín de originalidad por favor) y la de Reyes pues que me traigan montañas de cosas (si podéis obviar la salud mejor, tengo mucho de eso).

Se que voy a recibir esos mensajes, serán cadenas, esos de copiar y enviar pero oye, no pierdo ni la esperanza ni la ilusión de recibir de los otros... 






(Fotos: Pinterest) 

sábado, 8 de diciembre de 2012

Otra historia.

La que ha liado el Papa. Vamos, no tenía una cosa mejor que hacer que ponerse a desmontar el Belén y a darle un lugar de nacimiento a Sus Majestades Los Tres Reyes Magos. Pienso que lo del Belén es porque no tiene espacio suficiente y como le sobraban figuritas, ea, no se hable más, el buey y la mula fuera. Vamos, digo yo que es preferible prescindir de algunos pastores, pero no, los animales más entrañables los saca de un plumazo.

Pero lo que me toca la nariz es el tema de los tres reyes. Da igual de donde fueran, ¿Van a ser mejores? ¿Peores? ¿Se nos va a acabar la ilusión porque sean andaluces, vascos o madrileños? El tema está en el chiste manido y con poca gracia que se hace de todo esto. Estaba claro, muy claro, que los chistecitos fáciles iban a salir a borbotones.

Según Su Santidad y su interpretación de las lecturas, los Reyes Magos provenían de Tarsis concretamente aunque comentan también que no podrían ser sólo de Huelva, sino de Cádiz y Sevilla. 

Soy de Huelva y podría estar loca de contenta, orgullosa tal vez. Lo que no me gusta ya son las descalificaciones. El que fueran de aquí no significa que es normal porque no les gustaban trabajar. A ver, nosotros los andaluces nos levantamos a las 6 de la mañana para ir a trabajar. ¿No nos gusta la fiesta? Nos encanta, la vivimos a tope, la disfrutamos y ansiamos un puente o un fin de semana como cualquier persona  porque trabajamos y porque sabemos divertirnos. 

No me extraña que los Reyes Magos fueran de aquí porque tenemos un clima envidiable, unas provincias preciosas, se vive divinamente, la gente es simpática y hospitalaria y si hablamos ya de lo que los reyes podrían llevarle al niño no llevarían tres cositas, no, llevarían un montón de ellas y necesitarían un tráiler para transportarlas. 

Y es que Andalucía es tierra de actores, pintores, escritores, periodistas, cantantes...y de Reyes Magos.