domingo, 22 de marzo de 2015

Ego

Me estoy comiendo un muffin de chocolate, caramelo y nueces y me siento culpable. Culpable de engordar no, esto lo quemo mañana en la estática. Culpable de no haberle hecho una foto y mostrarle al mundo entero lo bueno que está y lo poco que le afecta a mi figura.

En serio. Ya. ¿A quién le importa este tipo de fotos? Pues por lo visto a mucha gente. He seguido perfiles aburridísimos dónde podía ver este tipo de fotos, de cupcakes, ensaladas varias, donuts, tartas...Perfiles que ya no sigo. Es como ver el catálogo de una pastelería.

Pero vamos, la ensalada no es solo lo que sale en la fotografía. No. Además podemos ver el bolso de marca, las gafas de marca, el móvil, el pintalabios...Y el texto en el pie de foto. De traca. Una española, de provincia escribiendo todo en inglés. Claro, porque tiene infinidad de seguidores británicos y americanos que no son capaces de leer "gafas, bolso, teléfono, pintalabios".

Luego está la típica instagramer que solo fotografía sus bolsos, zapatos y bisutería. Alguna vez un selfie sin que se le vea la cara, (supongo que la tendrá, porque cuello hay), un desayuno sin que falte en la mesa el bolso porque no nos engañemos, eso es lo más normal del mundo.

Pero no se busca normalidad en la imagen que se muestra. Para nada. Es un aumentar el ego de lo que se es, o se pretende, de lo que vale, o quisiera. Y ese ego aumenta "gracias" a los comentarios de sus seguidoras que no saben decir más que un "qué envidia me das, quiero ver tu zapatero, tienes que tener un armario impresionante..." De verdad ¿envidia? Enseñar esas fotos ¿con qué fin en concreto? Qué tienen que demostrar. 

Tengo perfil en Instagram y lo abro muy poco. A veces pasan días y semanas y no lo abro, lo hago cuando cuelgo una foto de algo bonito que he visto o que tengo, un vídeo de la ciudad en la que vivo...pero no con esa ansia de fotografiar todo lo que como o todo lo que me compro o regalan. No necesito esa aprobación de los demás. No necesito sentirme bien o importante sabiendo que habrá gente que vea esas fotos y sientan ¿envidia?

Al ver este tipo de fotos el sentimiento que me produce hacia la persona que la publica es ridiculez, me da por pensar que esa persona se siente vacía.  Siento vergüenza por ella. 

No publiqué fotos de mis regalos de Reyes Magos, ni de mi cumpleaños, ni de caprichos que me doy. No necesito ese tipo de mensajes. No necesito mostrar ese tipo de cosas. Y es muy curioso que sin poner este tipo de imágenes, en las que pongo tengo los "me gusta" que no espero ni necesito. 

Me gusta ver álbumes de fotos que tenga de todo, por supuesto zapatos bonitos y bolsos, pero también paisajes, sitios a los que visitar, alguna recomendación de un libro, de un disco, una frase inspiradora...

Variedad. 

No me siento mal por no colgar  la foto de mi muffin, os diré que no es nada del otro mundo, es una magdalena más grande de lo habitual, de chocolate, con caramelo líquido en el centro y trocitos de nueces. Estaba buenísima pero claro, eso no lo podéis ver en una foto. 

Pero si con esta descripción no es suficiente a lo mejor algún día pongo una foto o si no, en cualquier perfil seguro que la hay.




jueves, 19 de marzo de 2015

Y no pasa nada

Se me ha caducado el pan de molde. Ahora hago desayunos más saludables con avena, fruta, poca azúcar y esas cosas. 
Se me ha caducado unos yogures que tenía. Los como muy poco y al apetecerme uno estaba muy pasado de fecha y no me he fiado. 
Me da una rabia tremenda tirar la comida. Soy muy cuidadosa con las fechas, elijo las cosas para que caduquen (si tienen que hacerlo) con mucho tiempo. Pero no he tenido más remedio que deshacerme de estas cosas. No quiero encontrarme mal si las consumo.

Se me ha caducado la amistad con dos personas que creí que me daban la importancia que yo a ellas. Pero no. Hice con ellas lo que no hice con el pan y los yogures. Conservarlos. Pero es muy posible que para ellos yo sí tenía una fecha de caducidad y llegó.

Ya no duele. Al principio sí y mucho. Porque contra todo yo estaba ahí para ellos. 

Hace poco fue mi cumpleaños. Recibí muchos whatsapps y llamadas felicitándome por cumplir un año más. De ellos dos también. Y fue curioso. No es que la amistad estuviera caducada, no, es que ya daba un olor tremendo. Ese mensaje que lo lees y dices "no es necesario, no tienes que cumplir, esto no va a ningún sitio ya, ni hacia adelante ni hacia atrás", pero nos gusta quedar bien, el cumplir, aunque a mí no me dice nada. 

Tal vez la culpa de ese fin haya sido mía, tal vez no tuve que ofrecerme tanto, tal vez no tuve que preocuparme tanto por ellos, tal vez...No, la culpa no ha sido mía. 

Todo tiene un fin y no podemos hacer nada. Solo elegir mejor la fecha de los yogures, la del pan y la de los amigos. Y la verdad, ¿perder amigos? No pasa nada, es más, no lo eran. Al menos como yo lo entiendo.

Y espero que al terminar este post no se me haya puesto malo el camembert  y la copa de tinto que me estoy tomando.