lunes, 30 de mayo de 2011

Dime la verdad.

La de veces que habremos dicho eso. Queremos saber la verdad sobre cómo nos ven los otros, si pedimos una opinión pedimos la verdad, pero ¿somos sinceros?

Podemos definir el término verdad pero me he ido a las páginas del diccionario y dice lo siguiente sobre la palabra verdad. Entre las diversas acepciones rescato esta que dice “verdad: conformidad de lo que se dice con lo que se siente o se piensa”




 Hay verdades que duelen, que ofenden, que te hacen quedar mal… y si no queremos que esto ocurra recurrimos a lo que llamamos “mentiras piadosas” y son necesarias en algunas ocasiones.

Hace ya unos años, casi ocho, una amiga empezó una relación sentimental con una persona que a mi no me gustaba para ella. Éramos muy amigas, compartíamos muchas cosas y ella me pidió su opinión sobre su pareja. Le dije la verdad. Le dije que para ella no me gustaba, que ella valía mucho más que él y que eran el día y la noche. No podía mentirle a mi amiga, hubiera sido más fácil decirle que me parecía perfecto. La historia entre ellos comenzó en boda. Dejamos de tener trato. Ya no quedábamos, ya no íbamos a comer juntas, ya no nos contábamos nuestras cosas y siempre pensé que era por ese motivo. Después de siete años su historia terminó en divorcio. Y con el tiempo me pidió disculpas y me dio la razón. Pero esa verdad me costó mi amistad con ella. ¿Merecía la pena decir la verdad? Para mí si, porque pienso que si no nos decimos la verdad, no es amistad verdadera. Me dolió mucho perder esa amistad porque para mí era muy importante.



Retomamos esa amistad y en la actualidad somos amigas. Si volviera a pedirme la opinión en ese u otro tema sin duda volvería a jugármela porque para mí la sinceridad es muy importante. 

En un juzgado durante un juicio, ¿se dice siempre la verdad? Los abogados, ¿recurren a la mentira para rebajar una pena o librar a alguien de alguna condena mayor?

Aunque duela, aunque no me guste a veces escucharlo, si te lo pido, dime la verdad...


lunes, 23 de mayo de 2011

Mi Primera Comunión

Estamos en mayo y aparte de bodas y bautizos hay comuniones. Todos los años los informativos dedican una de las noticias a cuánto dinero se gasta el español en un evento de estas características. La primera comunión se ha convertido en lo que ha gastos se refiere en una boda. Está el traje del niño o niña, fotografía, regalos, convite y el regalo especial de los padres que de un tiempo hasta ahora un viaje ha venido a formar una parte importante de tal celebración.


Yo estudié en un colegio religioso. Las monjas nos inculcaban la importancia de recibir a Dios por primera vez, parecía que la vida nos cambiaría después de ese momento. Había que ir a misa todos los domingos y fiestas de guardar, si cometíamos algún pecado, teníamos que ir a confesarnos, ¿Qué pecado puede cometer un niño de 10 años?

En alguna ocasión, no se si en la televisión o en algún debate se trataba el tema de la religión. Un niño con 10 años, ¿tiene claro en quien creer? ¿Creen en Dios porque es la religión familiar? ¿Deberíamos esperar a ser adultos para decidir si recibir la primera comunión? 

Los valores religiosos se están perdiendo. Hoy día le preguntas a un niño por qué quiere hacer la primera comunión y te cuenta que por los regalos y si los padres lo llevan a Disneyland pues la ilusión la ponen en Mickey Mouse. ¿Influye aquí si el colegio es religioso para que la respuesta del niño cambie por un “voy a hacer la comunión porque así voy a entrar en la comunidad cristiana”? 



 Hoy día una comunión lleva de gasto, el vestido si es niña con todos los adornos del pelo, guantes, limosnera…, el traje si es niño,  peluquería, reportaje fotográfico, celebración posterior, regalitos varios como estampitas, golosinas, y cada vez van saliendo más artículos para regalar entre los invitados. ¿Es necesario tanto gasto?  


Pienso que ya que hay que hacer la primera comunión, está bien hacerla de esa manera, con todos los detalles habidos y por haber, porque a diferencia de las bodas, la primera comunión se hace sólo una vez en la vida…


miércoles, 18 de mayo de 2011

Mas allá...

Hace un año despedimos a un compañero de trabajo. Tras una terrible enfermedad nos dijo adiós, a su familia, a sus amigos, a su mujer...

Qué frágiles somos. Hoy estamos aquí, trabajando, estudiando, salimos con amigos, preparamos posts para nuestro blog... y dentro de un rato ¿quién sabe? Por eso tengo la teoría de que hay que vivir el momento porque no sabemos si será el último. 

En el funeral de mi compañero me preguntaba varias cosas, ¿dónde vamos una vez que dejamos la vida terrenal? ¿existe algún sitio? o, ¿simplemente morimos y ya está? 

Queremos pensar que sí hay algún sitio mejor, un sitio donde nuestros seres queridos nos protegen, nos guían, nos ayudan... Eso me pasa con personas que ya no están aquí. Los veo en sueños, me hablan, escucho su voz perfectamente. Hay programas en la televisión que intentan conectar con el más allá, ¿es espectáculo o existe verdaderamente personas con esa capacidad?

Otra cuestión que me planteo es, si es verdad que Dios nos "llama" ¿por qué se lleva a personas buenas y deja aquí a gente que verdaderamente dan la lata? 

Mi compañero era una persona reservada, poco comunicativa, pero era un buen hombre. Si nos despedimos cuando nos vamos de vacaciones también lo debemos hacer cuando nunca más vamos a volver a vernos. Por eso, me gusta pensar que sí hay algo después de esta vida, porque si no ¿de qué sirve todo esto?    

Y como pienso que estás en el más allá, ahí donde estés un beso muy fuerte, Fran. 





 

viernes, 13 de mayo de 2011

¿Qué llevas?

Hace un tiempo, a través de Facebook, Elle España proponía el siguiente concurso. Sorteaban un maravilloso bolso y lo que había que hacer para concursar era enviar una foto con el contenido del nuestro, de las cosas que llevábamos habitualmente. 

La foto más original en cuanto a objetos se refería era la ganadora del deseado bolso. Para mí fue tentador pero no fui capaz de destapar esa parcela tan íntima de mí. Porque aunque la mayoría llevemos lo mismo, son cosas tan personales que nos cuesta enseñarlo, al menos a mí. No me gusta que nadie ajeno mire lo que llevo dentro. 


Reconozco que llevo muchas cosas y que a veces el peso es insoportable pero todo es necesario para mí, la cartera, el monedero, las llaves, la agenda, un neceser con maquillaje, un paraguas por si llueve (en invierno claro), los guantes, el ipod, el móvil, un libro o una revista, analgésicos, la cámara de fotos... 

Una vez tuve que pedirle a un amigo que me sujetara el bolso, al cogerlo y comprobar el peso me dijo "¿qué llevas aquí? esto no puede ser..." y sí puede ser. 

El hombre ya va llevando bolsos. Los que suelo ver que llevan son pequeños, supongo que guardarán la cartera, el móvil, las llaves y poco más, pero viendo la última colección en bolsos de hombres he descubierto bolsos tan bonitos como estos que me gustan para mí. ¿Qué llevarán en estos?


El bolso, ese objeto de deseo en el que guardamos de todo y nunca son suficientes. Aunque no utlice todo lo que llevo necesito llevar todas las cosas personales por eso me gustan mucho y necesitos los bolsos muy grandes. 

lunes, 9 de mayo de 2011

Amuletos

¿Quién no se acuerda de los famosos chinitos de la suerte? Estaba en el colegio cuando se pusieron de moda y recuerdo que todas llevábamos chinitos de la suerte atados al reloj o a una pulsera. Buscábamos los cordoncitos de colores del chinito según lo que queríamos obtener. Ahí empezaba nuestra relación con los amuletos. 


En la actualidad encontramos amuletos o talismanes de todas las clases, bien en pequeños objetos que llevamos en el bolso o en forma de charm que nos colgamos del cuello o de una pulsera. Pero en realidad ¿qué esperamos de un amuleto? No sabemos si sirve para algo o no, lo cierto es que los llevamos y si no lo hacemos y nos lo dicen pues nos planteamos el tener uno. 


Cuando he tenido que presentarme a un importante examen, he visto como varios estudiantes ponen encima de la mesa esos pequeños talismanes, algo que para ellos es importante, una pequeña herradura, un colmillo o una estampa de algún Santo, Cristo o Virgen. 



En lo que a amuletos se refiere los más comunes son:
 
El elefante con la trompa hacia arriba atrae la buena fortuna y la suerte, protege el ámbito laboral y familiar.   La lechuza proporcionan atracción personal e intuición.
La ranita, asociada a la magia, atrae bienes y dinero.
El delfín da suerte si tenemos una reunión de negocios o queremos conseguir cosas buenas en el mundo laboral. 
La famosa herradura, protege el hogar absorbiendo las energías positivas y desechando las negativas. El ritual a seguir es el siguiente. La herradura debe ser encontrada de forma casual y usada además debe poseer 7 agujeros para los 7 clavos y debemos colgarla detrás de la puerta de nuestra casa con las puntas hacia abajo. 



La tortuga transmite energía positiva, aseguran larga vida y tranquilidad. Eso sí, deben ser pequeñas. 
La luna. Un pequeño colgante en forma de luna es símbolo de protección.
El laurel limpia la energía negativa y la convierte en positiva. 
El Buda. Dicen que atrae la riqueza y la abundancia. Tiene que ser gordito y tenemos que ofrecerles monedas si queremos que funcione. 


El ansiado trébol de cuatro hojas debe se encontrado por la propia persona para obtener las buenas noticias. 


 
Personalmente no se si hay algo de verdad detrás de todas estas creencias, el caso es que yo suelo llevar algunos de ellos como un Buda o una pequeña piedra porque ¿quién sabe? por si acaso...



jueves, 5 de mayo de 2011

A solo un click...

de distancia está nuestro pasado, presente y el esperado futuro. La red se ha convertido casi sin darnos cuenta en parte de nuestra rutina diaria. Con un click conseguimos comprar en tiendas sin esperar colas, buscamos trabajo, amistades nuevas, consultas de todo tipo, buscamos a personas de nuestro pasado, incluso buscamos y encontramos el amor. Ese es mi caso.



Año 2.005. Tarde de un sábado de Septiembre. Mi ordenador era mi medio para contactar con el mundo exterior y Jaime estaba ahí para responderme. 
Una red social nos presentó. Me acuerdo perfectamente de los nervios del primer mensaje y entre correo y correo llegaron las compatibilidades. 

Quedábamos todos los días para hablar, me faltaban teclas y dedos... y después de una semana y alguna que otra foto llegó el momento de conocernos físicamente.
 
Qué moreno más guapo me encontré. Congeniamos desde el minuto uno. A partir de ahí nos veíamos todos los días. Nuestros gustos eran muy iguales. Estábamos tan bien juntos que el día 6 de Enero de 2.007 nos casamos. Y es lo mejor que hemos hecho. La luna de miel fue perfecta en una ciudad mágica y única, París...

Así que la red está ahí donde no sólo he descubierto blogs interesantes, me comunico con mis amigas, sino donde encontré el amor verdadero...
¿ Es la nueva forma para conocer a quien es el hombre de tu vida? En mi caso sin duda alguna...



domingo, 1 de mayo de 2011

Felicidades Mamá!

Me gusta mucho el día de las madres. Yo no lo soy todavía y no se si lo seré algún día, pero tengo la suerte de tener a la mía y puedo decirle también en su día que la quiero mucho.

Ella sabe que la quiero un montón y que me siento afortunada de que me haya tocado como madre, si volviera a nacer la elegiría de nuevo, pero ¿le decimos a nuestra madre lo que las queremos durante el año?





Yo si se lo suelo decir, pero lo que nunca le he dicho es que me pareció muy valiente al tenerme. Y no sólo al tenerme sino al criarme, educarme y soportarme. Soportar mis malas contestaciones, mis desacuerdos con ella en algunos casos... pero creo que lo he hecho bien porque me educó bien. Mejor imposible. 



Por eso, en su día, quise pasarlo con ella  porque hay que celebrar cada día señalado con algo especial. No se puede dejar para el año que viene, porque no sabemos que vendrá, por eso, hoy como cada día del año quiero que sepas una cosa mamá: ¡Te quiero un montón y soy la persona más afortunada de la tierra porque te tengo como mami!