miércoles, 23 de enero de 2013

De frente

Hay más gente de la cuenta que no va de frente. Hay gente que aprovecha el anonimato para insultar y descargar toda la mala uva que lleva dentro. Sí, hay mucho de eso todavía. Y es triste. Muy triste. 

Llevo tiempo leyendo blogs. Los leo tanto de egobloggers como literarios. Al principio veía muchos de ellos, con el tiempo me he quedado con los que considero que me aportan algo. Pocas veces comento en un blog. Si lo hago es porque tengo algo que decir. 

Hace unos días una chica cerraba su famosísimo blog, necesita descansar y ha decidido parar. Lleva tres años aguantando insultos detrás del conocido anónimo. No lo cierra por este motivo, ella está por encima de la falta de respeto. Los motivos son otros y tiene todo el derecho a reservarlo en su intimidad. 

Hay gente que usa la libertad de expresión para insultar gratuitamente. Una noche hablaba de este tema con una buena amiga mía. Me decía algo así como "¿Qué tendría que criticarle yo a otra persona sobre su físico? Cada uno es como es."

Ya hay que tener mala uva para sentarte y empezar a teclear cosas horribles. De acuerdo, están expuestas como lo estoy yo ahora y se puede opinar. Pero ¿Qué hay de la educación? Si algo no me gusta de lo que la egoblogger en cuestión nos muestra es tan sencillo como decir por ejemplo que no te gusta esa prenda, no es de tu estilo, no te gusta el color... pero de ahí al insulto personal, a la descalificación gratuita va un trecho. Largo.

Yo tuve un anónimo desagradable. Me lo dejaron en un post sobre un experimento que puse en marcha en Navidad. Contaba que quería ver qué personas me felicitaban las fiestas de forma original. El grosero comentario venía a decir así como que tal vez nadie me felicitaría y a ver, pudo pasar pero ¿Qué necesidad tiene esa desagradable persona de escribir eso? ¿Me desea eso realmente? Lo peor no es eso. Lo malo es que se oculta como un cobarde. Cuando lo leí no quise publicarlo pero me dije ¡Qué narices! Los comentarios indeseables y maleducados también hay que ponerlos. Y lo publiqué. ¿Por qué no hacer feliz a una persona amargada que descarga su mala leche en el teclado? A mi me gusta hace feliz a la gente y más si son celosas y amargadas, me gusta ponerle el puntito de azúcar en su desgraciada actitud. 

De verdad, si vuelvo a tener un anónimo querría que me dijera su nombre porque la gente tiene que dar la cara, hay que ir de frente. Lo otro está muy, pero que muy feo.






viernes, 11 de enero de 2013

Sangre fría.

Manuel Mota ha decidido acabar con su vida clavándose un cuchillo en el corazón. Lo primero que se me vino a la mente fue la sangre fría y el valor en igual medida que tuvo que tener para hacer una cosa así. 

Las informaciones arrojan datos como que padecía episodios de depresión. Le preocupaba el trabajo aún siendo un diseñador de nombre, con amigos importantes y muy respetado en el mundo de la moda. Muchas novias lo habían elegido para casarse en el día más feliz de cualquier mujer. 

Tuvo la sangre fría de escribir tres cartas. Ir a trabajar y mostrarse bien. Meterse en un baño de un centro de salud y acabar con el genio del traje de novia. 

Fue cuidadoso y no quiso hacer sufrir más de lo necesario a sus familiares y pareja. 

Hay que tener mucho cuidado con la depresión. Entender a quien la padece. Es la llamada "enfermedad del alma". El dinero no lo puede comprar todo. El dinero no cubre todas las necesidades. Las necesidades del alma no entienden de montañas de euros. 

Dicen que al diseñador no le hacía feliz su trabajo. Un trabajo que había hecho felices a miles de mujeres. Famosas y anónimas. 

Sólo él sabe lo que realmente le pasó, lo que su mente de artista guardaba. ¿Qué le faltaba? Se supone que tenía un trabajo admirado y envidiado a la vez con una proyección en el tiempo. Dicen que era feliz con su pareja. Nunca se sabrá. Se especulará, se supondrá...pero no sabremos mucho más. Los genios son así. 

 Manuel Mota se ha ido sin glamour alguno pero teniendo mucha, mucha sangre fría...



viernes, 4 de enero de 2013

Para todos el día de Reyes, para mí...

El día 6 de Enero es fiesta. Es especial porque descubrimos lo que los Reyes Magos nos han traído. Pero desde hace 6 años, para mi tiene otro significado. Otro color. 

Hace 6 años los Reyes Magos me trajeron un marido. ¿Hay regalo mejor? ¿Puede ser más especial para mi este día? Ya no hay regalos que superen a éste. No hay Louboutin, Dior, Chanel, Tiffany...que supere esto. Este regalo vale más que cualquier cosa. Y es curioso porque ya no nombro el día 6 como el día de Reyes, no, ahora lo llamo "el día de mi aniversario de boda".

Los demás están contentos con este día, yo estoy FELIZ. Me parece que es una fecha original y preciosa para celebrar una boda. Mi boda. Ese día me acompañaron alrededor de 150 personas, las justas, hizo un día de sol precioso. En el banquete comimos de postre roscón. Y desde ese momento el día de Reyes tomó otro significado para mí. 

Con los días pierdes la ilusión de los regalos que te hicieron, pero con un marido como el mío eso no pasa jamás. Lo mejor de celebrar este día es, abrir los regalos, desayunar roscón y salir a celebrar nuestro aniversario de boda. 

Ya hemos cumplido 6 años. Han pasado 6 años desde el día de nervios, ilusión, emoción...6 años de nuestro viaje a París.

Está claro que los Reyes no son los padres, al menos los míos no...

¡Felices Reyes para todos!