viernes, 26 de agosto de 2016

Hablar con Dios

Por casualidad en YouTube vi un vídeo de una chica que no sigo, pero el título me llamó mucho la atención. 

Decía que no se sentía feliz. Decía que lo tenía todo para ser feliz o al menos pensaba que lo tenía todo. Tiene un marido que la adora, unas niñas preciosas, una casa que le encanta y un trabajo que le apasiona. Pero no se sentía del todo feliz. Llegó a la conclusión que se había alejado de Dios, ella que es cristiana y que siempre había hablado con Él se había alejado del que considera su centro. El centro de su vida.

Hasta que llegó el día en que dijo "hasta aquí llegué", se plantó y le contó a Dios lo que le pasaba, lo que sentía, por qué lloraba, por qué se sentía infeliz, por qué si tenía todo lo que quería. 

Y empezó a encontrarse mejor. Leyendo los comentarios de ese vídeo sabía lo que me iba a encontrar. Gente creyente que considera que Dios la ayudó, le indicó el camino, le dio esa paz que tanto necesitaba. Y gente que, no es creyente, que se burla de las creencias de los demás y le decía que ese mérito era suyo y solo suyo, hasta que no se plantó y decidió cambiar no lo consiguió y Dios no tiene nada que ver con esto porque ¿existe? ¿ayuda realmente una fuerza que no vemos ni controlamos?

Yo soy creyente. Creo en Dios. No voy a misa, no me gustan los curas, las monjas no me caen bien, pero entro en la iglesia de vez en cuando, me siento en un banco y hablo con Dios. Hablo de lo que me preocupa, de lo que quiero mejorar, doy las gracias por lo que tengo, por cómo soy, por lo que he conseguido, por tener a mi familia sana y unida. Y me siento mejor al salir. Me siento en paz, con otra energía.

No puedo asegurar que existe Dios porque no lo he visto físicamente, pero tampoco puede asegurarme nadie que no cree que no existe, porque tampoco nadie se lo ha demostrado.

Llámalo Dios, fuerza, ser...como quieras, pero respeta las creencias de los demás. Respeta que los que creemos en Dios nos guste hablar con él. Respeta que si nos va bien en la vida digamos "gracias a Dios".

He visto a deportistas de élite santiguarse antes de marcar un gol y mirar al cielo cuando consiguen un tanto o una copa.

He visto a estudiantes llevar estampas de santos a la hora de hacer un examen. 

He visto a gente que no es cristiana rezar cuando un familiar está en un hospital y agradecerle a Dios la curación. 

He visto a gente que asegura no ser cristiana hacer promesas a Dios porque se siente con el agua al cuello.

He visto y veo a mucha gente joven entrar en una iglesia y hablar con Dios, pedir, rezar, agradecer...

No sé si existirá Dios. Para mí sí porque me da lo que le pido, porque me reconforta, porque siento que me indica el camino y si no es así...oye, no me va nada mal tener esta religión y creer en Él. 

No intento y nunca lo he hecho convencer a nadie de lo que creo y en quién creo. Eso se descubre, eso te llama. Pero respeto a quien no lo hace, a quien tiene otras ideas, a quien cree en otras deidades. No me río, lo respeto. Porque si les va bien ¿significa que no existe su dios?

El mío para mí sí existe y espero que me acompañe y escuche siempre. 


martes, 16 de agosto de 2016

Qué sabrás tú...

Qué sabrás tú si te echo de menos o no...

Echo de menos tu sonrisa y tu risa . Nos reíamos de cosas sin sentido, de chistes malos, de situaciones absurdas que nos contábamos.

Echo de menos tus buenos días. Sonaba el sonido de un mensaje en el móvil y sabía que eras tú. Y ese mensaje deseándome los buenos días me daba la vida. Me duraba todo el día el momento de felicidad.

Echo de menos las fotos de las calles por dónde paseas, por dónde compras, por dónde vas...

Echo de menos esos atascos que provocaban acordarte de mí y decirme cualquier cosa, aunque fuera solo para quejarte de lo mal organizado que está el tráfico. Siguen habiendo atascos, pero ya no tienes nada que decirme.

Echo de menos tu foto en casa, sin peinar, sin vestir elegante, cómodo, relajado, sin prestar atención a la tele. Solo al teclado que nos conectaba a ti y a mí.

Echo de menos los sitios que decías que me llevarías. Cogerte de la mano y correr por Madrid.

Echo de menos tus problemas. Tus angustias que todavía tienes y no compartes conmigo. 

Echo de menos tu voz. Me gustaba tanto oírte...

Qué sabrás tú si te echo de menos o no, si no me preguntas, si no me hablas, si no quieres saber de mí...


viernes, 12 de agosto de 2016

Críticas vs Amor.

Hace unos días vi el vídeo que Risto Mejide le ha dedicado a su novia donde le declara su amor. Me parece precioso. Me gusta tanto que lo tengo en mi lista de favoritos. 

Me gusta el texto, la voz, la entonación, la música de fondo, las imágenes...

Pero he leído más críticas destructivas que constructivas. Son críticas que no aportan nada, en realidad me parece que critican por criticar, porque se trata de Risto. Ese hombre que daba una imagen de duro y frío y parece ser que gusta menos siendo sensible y romántico. 

Yendo más allá leo críticas sobre lo jovencísima que es su novia. Veinte años menor que él. Y qué. Qué pasa si un hombre le dobla la edad a una mujer, que ya es mayor de edad.

Los insultos hacia él son tan fuertes, tan feos que donde yo veo amor, hay gente que ve abusos. ¿Ha muerto el romanticismo? ¿No se puede enamorar de verdad un hombre de cuarenta y algo de años de una mujer de veinte y pocos? Claro que puede. Al menos yo creo que sí puede. 

En esta relación, él lleva la experiencia de muchas cosas vividas, muchos desengaños, desencuentros, frustraciones, miedos y temores superados. Ella lleva la juventud que empieza a descubrir cosas, los miedos nuevos, el creerte que la amistad es duradera y para siempre, el pensar que ese hombre será el que envejezca contigo, el vivir una historia de amor de película entre un hombre maduro y una chica que va a la universidad. Un "Perdona si te llamo amor" en Barcelona.

En caso de ruptura de la pareja, cosa que todos dan por hecho, ella será la que lo pase peor, verá todo su mundo destruido, sus sueños rotos, llorará y llorará y pensará que todos los hombres son iguales. Porque no tiene experiencia suficiente, no es dura ante una ruptura de un amor que ella habrá idealizado.

Él lo llevará mejor seguro. Se repondrá rápido. Ha tenido varias relaciones sentimentales, un divorcio, un hijo...sabrá reponerse mejor. 

Pero por qué hay que mirar al futuro. Lo que están viviendo ahora es precioso. Él dice estar enamorado. Ella también. Él le escribe cosas bonitas, le dedica miradas de hombre enamorado. Ella igual. 

¿Por qué tenemos que meternos en la diferencia de edad que hay entre los dos? ¿Por qué pensamos en cuando ella tenga 40 años y él 60? 

Podemos pensar que ahora son felices, que mañana quién sabe dónde estaremos todos. Que el amor es bonito sea a la edad que sea. Que hay hombres que escriben textos bonitos, que hay hombres que son capaces de enamorarse incluso sabiendo que lo van a maltratar con comentarios desafortunados.

Y ella, de un hombre así va a aprender mucho. Va a crecer como persona y si como dicen algunos de la mano de su pareja tendrá más facilidades para encontrar trabajo por ser él un hombre famoso, pues bien por ella. ¿Quién no aprovecharía esa fama? Yo sí.

Donde los demás ven un negocio, un montaje, yo veo una historia de amor.

Y si fuera un montaje no es nuestro problema, nuestro asunto. 

De todos modos, como publicista, Risto lo ha hecho muy bien. Se está hablando mucho de este tema y para bien o para mal es publicidad para la pareja.






viernes, 5 de agosto de 2016

¿Necesitamos que nos alimenten el ego?

No, no tengo nada que justificar. Nada que declarar. No voy a decir que cometo errores porque eso lo hacemos todo el mundo. Desde que nos levantamos. Cuando en el trabajo, con familiares o amigos, cometemos algún error pedimos disculpas. Si por la calle a algún extraño le damos un pisotón sin querer le pedimos disculpas. Pero no vamos con un cartel diciendo que somos conscientes de que no somos perfectos y que nos duele si alguien piensa que somos feos, altos, gordos, delgados o soberbios. 

He visto durante las últimas semanas vídeos de youtubers hablando precisamente de esto. Justificándose. Vídeos dirigidos a los haters que hay por ahí. Vídeos de chicas que tienen que jurar en público que no han pasado por el quirófano porque gente anónima les ha dicho que antes de la (supuesta) operación estaban más guapas. Chicas que tienen que explicar que por motivos de salud han engordado y han llorado cuando las han llamado gordas, chicas que tienen que explicar por qué ha roto su relación porque ya su pareja no sale en sus vídeos o no habla tanto de ella, chicas que tienen que disculparse porque marcas de cosmética y maquillaje las obsequian con productos que ellas prueban y recomiendan solo por dar a conocer tal marca, dar su opinión y no presumir del mencionado regalo, chicas que tienen que explicar por qué no se dedica a lo que estudió...y así tantas justificaciones, tantas explicaciones. 

Por qué. Por qué esas chicas tienen que hablarle a un público que no conoce y pedir perdón por ser como son. Por qué tienen que decir que lo han pasado mal con esos comentarios y que incluso han sopesado la posibilidad de cerrar el canal. Canal de Youtube que le gusta porque es su hobby. Por qué les duelen los descalificativos de gente que no conoce. Gente que en su casa, descarga una maldad y una ira contra alguien que graba un vídeo contado algo que le gusta. 

¿Debemos parar cada x tiempo y justificarnos? Si adelgazamos mucho, ¿tenemos que dar explicaciones a gente externa a nuestro círculo de por qué tenemos ese nuevo peso? Si engordamos ¿tenemos que decir a esa misma gente que seguimos sanos pero con el verano nos hemos pasado un poco? ¿Por qué? 

Es nuestra vida, nuestras decisiones, cambiamos físicamente y personalmente, cambiamos de pareja, tomamos decisiones que solo nos debería afectar a nosotros como también solo nos debería afectar las opiniones de nuestra familia. 

Por qué nos sentimos mal cuando alguien nos da una opinión negativa, por qué nos sentimos triunfadores cuando alguien nos dice algo positivo. ¿Necesitamos la aprobación constante para ser feliz? ¿Necesitamos ser perfectos para los ojos de los demás? Si los demás nos ven perfectos ¿creemos que lo somos? Si alguien nos critica ¿creemos en esa crítica? ¿Es falta de autoestima? ¿Necesitamos que nos alimenten el ego? 

¿Tenemos que vivir según la aprobación de los demás? ¿Hasta qué punto nos debe condicionar la opinión sobre nosotros mismos? 

A mí en realidad, los comentarios negativos escritos solo con el afán de hacer daño que se hagan en mi Instagram me dan igual, los que se hacen con el fin de dar un punto de vista para mejorar los acepto. 

Deberíamos tener en el interior un colador, que solo dejara pasar aquellas cosas dichas por personas que nos conoce de verdad, a las que les importamos, las que nos quieren, las que si nos hacen daño es porque quiere que mejoremos, no que lloremos.

Tenemos que aprender a ponernos el chubasquero y que nos resbalen opiniones de gente ajena a nuestra vida. 

Mi lema es "Vive y deja vivir". Al que le guste, bien y al que no que arree.