Estoy harta, cansada, aburrida...hasta el moño de la expresión "no tener un hijo es como tener un jardín sin flores" Y todo viene a mi decisión de no querer ser madre. No me gustan los niños. No me veo con ellos. No tengo el reloj que marca la maternidad. Al menos mi reloj, o suena muy poco o está parado completamente. No se si quiero realmente tener un hijo.
Esas mujeres mayores que no tienen otra cosa mejor que hacer que organizarte la vida y tu lejana vejez, que te amenazan con que te vas a quedar sola, que te tachan de egoísta cuando nombras la palabra sufrimiento, que serían felices si tuvieras un hijo porque tienes que renunciar a tu vida porque ya la tienes cambiada para siempre...
Esas mujeres mayores que cuando no tenías novio te preguntaban que cuándo lo ibas a tener, que cuando lo tienes te decían que la boda para cuando y ahora te hablan del jardín y del arroz pasado.
Señoras que cuando les digo que no me gustan los niños me miran con cara rara y me dicen que no es lo mismo tener un sobrino que tener uno propio. Y la verdad, tienen razón. No es lo mismo, porque cuando el niño de otra se pone insoportable, malito, echo un trasto, ella lo aguanta y yo tan ricamente me olvido de todo eso.
Y es que paso de explicarle a una persona desconocida para mí los motivos que tengo para pensar de esta manera. Tener un hijo es una opción en la vida y no tengo claro si la contemplaría en la mía...
A esa gente que se preocupa por mi descendencia las mandaría a tomar...una fanta.
Y yo a divertirme.
(las fotos son de Pinterest)