viernes, 11 de enero de 2013

Sangre fría.

Manuel Mota ha decidido acabar con su vida clavándose un cuchillo en el corazón. Lo primero que se me vino a la mente fue la sangre fría y el valor en igual medida que tuvo que tener para hacer una cosa así. 

Las informaciones arrojan datos como que padecía episodios de depresión. Le preocupaba el trabajo aún siendo un diseñador de nombre, con amigos importantes y muy respetado en el mundo de la moda. Muchas novias lo habían elegido para casarse en el día más feliz de cualquier mujer. 

Tuvo la sangre fría de escribir tres cartas. Ir a trabajar y mostrarse bien. Meterse en un baño de un centro de salud y acabar con el genio del traje de novia. 

Fue cuidadoso y no quiso hacer sufrir más de lo necesario a sus familiares y pareja. 

Hay que tener mucho cuidado con la depresión. Entender a quien la padece. Es la llamada "enfermedad del alma". El dinero no lo puede comprar todo. El dinero no cubre todas las necesidades. Las necesidades del alma no entienden de montañas de euros. 

Dicen que al diseñador no le hacía feliz su trabajo. Un trabajo que había hecho felices a miles de mujeres. Famosas y anónimas. 

Sólo él sabe lo que realmente le pasó, lo que su mente de artista guardaba. ¿Qué le faltaba? Se supone que tenía un trabajo admirado y envidiado a la vez con una proyección en el tiempo. Dicen que era feliz con su pareja. Nunca se sabrá. Se especulará, se supondrá...pero no sabremos mucho más. Los genios son así. 

 Manuel Mota se ha ido sin glamour alguno pero teniendo mucha, mucha sangre fría...



1 comentario:

  1. Uff que fuerte, me pillo con una gripe de esas que te dejan KO y no me había enterado de los pormenores de la noticia

    Bss

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