jueves, 19 de marzo de 2015

Y no pasa nada

Se me ha caducado el pan de molde. Ahora hago desayunos más saludables con avena, fruta, poca azúcar y esas cosas. 
Se me ha caducado unos yogures que tenía. Los como muy poco y al apetecerme uno estaba muy pasado de fecha y no me he fiado. 
Me da una rabia tremenda tirar la comida. Soy muy cuidadosa con las fechas, elijo las cosas para que caduquen (si tienen que hacerlo) con mucho tiempo. Pero no he tenido más remedio que deshacerme de estas cosas. No quiero encontrarme mal si las consumo.

Se me ha caducado la amistad con dos personas que creí que me daban la importancia que yo a ellas. Pero no. Hice con ellas lo que no hice con el pan y los yogures. Conservarlos. Pero es muy posible que para ellos yo sí tenía una fecha de caducidad y llegó.

Ya no duele. Al principio sí y mucho. Porque contra todo yo estaba ahí para ellos. 

Hace poco fue mi cumpleaños. Recibí muchos whatsapps y llamadas felicitándome por cumplir un año más. De ellos dos también. Y fue curioso. No es que la amistad estuviera caducada, no, es que ya daba un olor tremendo. Ese mensaje que lo lees y dices "no es necesario, no tienes que cumplir, esto no va a ningún sitio ya, ni hacia adelante ni hacia atrás", pero nos gusta quedar bien, el cumplir, aunque a mí no me dice nada. 

Tal vez la culpa de ese fin haya sido mía, tal vez no tuve que ofrecerme tanto, tal vez no tuve que preocuparme tanto por ellos, tal vez...No, la culpa no ha sido mía. 

Todo tiene un fin y no podemos hacer nada. Solo elegir mejor la fecha de los yogures, la del pan y la de los amigos. Y la verdad, ¿perder amigos? No pasa nada, es más, no lo eran. Al menos como yo lo entiendo.

Y espero que al terminar este post no se me haya puesto malo el camembert  y la copa de tinto que me estoy tomando.


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