lunes, 9 de abril de 2012

Déjate de cuentos...

¿Se siguen contando los mismos cuentos que cuando éramos pequeñas? Si? Pues esa es una de las cosas que, por ley, deberían cambiar, porque ¿qué nos enseñaron?

En el caso de Blancanieves teníamos que competir con una cincuentona por la belleza y teníamos que esperar tanto a nuestro príncipe azul que nos quedábamos dormidas... ¿Competir con quien? Y ¿Esperar a quien? Una de las aspiraciones y preocupaciones de Blancanieves era mantener la casa limpia mientras que los 7 enanitos del bosque trabajaban. ¿Ese era el trabajo de Blancanieves? Que triste por Dios...

Y la Cenicienta que, donde me la dejáis...Limpiando y aguantando el acoso de sus hermanas y madrastra y nada, otro príncipe para ella, de trabajo y aspiraciones nunca más se supo...

La Bella y la Bestia. Un caso más para convencernos de que la belleza está en el interior, pero entre nosotras, con quien nos quedaríamos a primera vista, con Danny DeVito o con Jon Kortajarena...no tengo ninguna duda, por muy buena gente que sea DeVito, sin dudarlo me iría con mi Jon, porque está muy claro que lo que primero entra por los ojos es la belleza exterior. Y que queréis que os diga, si para saber lo buena que es una persona hay que pelarlo primero...pues sinceramente, ni tengo tiempo ni estoy por la labor. 

¿No deberían de haberle quitado la custodia a la madre de Caperucita Roja? La manda a casa de su abuelita que vive en el bosque aún sabiendo que el lobo está por ahí dando una vuelta. Con este cuento nos enseñaban que no debíamos fiarnos de extraños y parece que no me lo aprendí muy bien porque he conocido a cada lobo por ahí....

Y el cuento que nos hemos tragado ya con la veintena en mi caso, no es otro que Sexo en Nueva York. A ver, nosotras queremos ser independientes, queremos estar con un hombre que nos respete, nos cuide, no nos haga daño. Durante todas las temporadas esa Carrie se ha  bebido los vientos por un Mr Big que ha pasado de ella, la ha dejado por otra, ha vuelto, la deja plantada en el altar, se acomoda en el matrimonio...¿quien quiere eso? Y si nos encontramos en la vida real a una Samantha, que las hay porque las conozco, ¿no la criticamos? El perfil de Charlotte,  ama de casa que deja su trabajo para dedicarse a sus niñas ¿perdona? y el más normalito o eso creo, es Miranda, porque tiene su buen puesto de trabajo, tiene un marido que físicamente no vale un duro pero como persona es un sol y tiene un hijo que no le absorbe.

Nosotras, ¿seguimos viviendo de cuentos? ¿Quien queremos ser, Blancanieves o Miranda? 

4 comentarios:

  1. Hola Gema!! Yo creo que es bastante injusto que todos los cuentos de la infancia se basen en que todo se arregla cuando se encuentra el amor y no cuando consigues cumplir tus sueños.
    Mas de uno tendría que tener de moraleja que tienes que perseguir tus sueños porque entonces lograrás destacar por encima de los demás, bueno, cada uno destacará en su campo.
    Y luego, con el amor, menos milongas que la perfección se encuentra en el equilibrio, en quererse a una misma y en el respeto de ambos.
    A los cuentos lo que les hace falta es menos machismo, más igualdad y una adaptación a los tiempos que corren. (Todo esto, a mi parecer jajaja)

    Un besito!!!

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  2. qué bueno!!!
    desgraciadamente nos siguen contando cuentos y nosotras seguimos creyéndolos...

    un besazo

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  3. Dificil elección la verdad!. Muy buen post

    Bss

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  4. jajaja cuentos !!! los cuentos son como la biblia según en manos del que los lee se interpretan de una manera u otra, yo me que do siempre con las moralejas y cuando se los cuento a mis hijos modifico lo que me parece que no encaja con la sociedad de ahora o con mi educación, muy bueno el post, algún día te contaré un cuento...

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