viernes, 24 de julio de 2015

Nudismo

Desnudamos antes el alma mostrándola tal y como es que el cuerpo. Cuando debería ser al revés. No nos avergüenza mostrar lo que sentimos, lo que odiamos, lo que deseamos, los puntos débiles de nuestro ser, los fuertes...y sin embargo nos cuesta mostrar la piel arrugada, flácida, la barriga, las imperfecciones de un cuerpo que no es perfecto y que se deteriora con mucha facilidad.

He estado un par de veces en una playa nudista. No quise ir, pero mi marido quería sentir la total libertad y él ya había ido anteriormente. Así que lo acompañé. Confieso que soy una naturista a medias, porque solo me deshice de mi parte de arriba del bikini. Y me costó mucho ir hasta la orilla del mar incluso darme un baño. Pensaba que todo el mundo miraría mi no perfecto cuerpo. Pero si yo no miraba a los demás ¿por qué ellos iban a mirarme a mí? El naturista no va a mirar a los demás. No. El nudista va a relajarse, a sentirse libre como nació. No le importa cuánta grasa acumula la persona de la sombrilla contigua o la cantidad de horas de gimnasio del que está un poco más allá.

Iba cogiendo confianza con el paso de las horas. Me levantaba, iba a la orilla, me bañaba y me hacía fotos para mí. Esas fotos no se comparten en ninguna red social. 

Allí, en la playa nudista, pude ver claramente lo que en realidad somos. Vulnerables y todos iguales. Puedes ir andando por la calle con tu vestido bonito, tus zapatos nuevos y tu precioso bolso e ir mirándote en todos los escaparates creyendo y pensando que eres lo más. Aquí, sin nada que mostrar, excepto a ti, eres una persona igual que otra, sensible, fuerte, débil...pero con un cuerpo igual que otro y no eres más que nadie, nadie imagina a qué te dedicas o si te gustan las compras. No hay bañadores de Victoria's Secret ni de Pedro del Hierro. No. Hay un cuerpo lleno de imperfecciones al que se le puede dañar muy fácilmente. 

Seguramente volveré a una playa así, no para descubrir al ser humano. Ya lo conozco bien. Volveré para sentir la libertad sin que nada oprima mi cuerpo imperfecto. 

Pruébalo y ya me cuentas. 

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