viernes, 5 de agosto de 2016

¿Necesitamos que nos alimenten el ego?

No, no tengo nada que justificar. Nada que declarar. No voy a decir que cometo errores porque eso lo hacemos todo el mundo. Desde que nos levantamos. Cuando en el trabajo, con familiares o amigos, cometemos algún error pedimos disculpas. Si por la calle a algún extraño le damos un pisotón sin querer le pedimos disculpas. Pero no vamos con un cartel diciendo que somos conscientes de que no somos perfectos y que nos duele si alguien piensa que somos feos, altos, gordos, delgados o soberbios. 

He visto durante las últimas semanas vídeos de youtubers hablando precisamente de esto. Justificándose. Vídeos dirigidos a los haters que hay por ahí. Vídeos de chicas que tienen que jurar en público que no han pasado por el quirófano porque gente anónima les ha dicho que antes de la (supuesta) operación estaban más guapas. Chicas que tienen que explicar que por motivos de salud han engordado y han llorado cuando las han llamado gordas, chicas que tienen que explicar por qué ha roto su relación porque ya su pareja no sale en sus vídeos o no habla tanto de ella, chicas que tienen que disculparse porque marcas de cosmética y maquillaje las obsequian con productos que ellas prueban y recomiendan solo por dar a conocer tal marca, dar su opinión y no presumir del mencionado regalo, chicas que tienen que explicar por qué no se dedica a lo que estudió...y así tantas justificaciones, tantas explicaciones. 

Por qué. Por qué esas chicas tienen que hablarle a un público que no conoce y pedir perdón por ser como son. Por qué tienen que decir que lo han pasado mal con esos comentarios y que incluso han sopesado la posibilidad de cerrar el canal. Canal de Youtube que le gusta porque es su hobby. Por qué les duelen los descalificativos de gente que no conoce. Gente que en su casa, descarga una maldad y una ira contra alguien que graba un vídeo contado algo que le gusta. 

¿Debemos parar cada x tiempo y justificarnos? Si adelgazamos mucho, ¿tenemos que dar explicaciones a gente externa a nuestro círculo de por qué tenemos ese nuevo peso? Si engordamos ¿tenemos que decir a esa misma gente que seguimos sanos pero con el verano nos hemos pasado un poco? ¿Por qué? 

Es nuestra vida, nuestras decisiones, cambiamos físicamente y personalmente, cambiamos de pareja, tomamos decisiones que solo nos debería afectar a nosotros como también solo nos debería afectar las opiniones de nuestra familia. 

Por qué nos sentimos mal cuando alguien nos da una opinión negativa, por qué nos sentimos triunfadores cuando alguien nos dice algo positivo. ¿Necesitamos la aprobación constante para ser feliz? ¿Necesitamos ser perfectos para los ojos de los demás? Si los demás nos ven perfectos ¿creemos que lo somos? Si alguien nos critica ¿creemos en esa crítica? ¿Es falta de autoestima? ¿Necesitamos que nos alimenten el ego? 

¿Tenemos que vivir según la aprobación de los demás? ¿Hasta qué punto nos debe condicionar la opinión sobre nosotros mismos? 

A mí en realidad, los comentarios negativos escritos solo con el afán de hacer daño que se hagan en mi Instagram me dan igual, los que se hacen con el fin de dar un punto de vista para mejorar los acepto. 

Deberíamos tener en el interior un colador, que solo dejara pasar aquellas cosas dichas por personas que nos conoce de verdad, a las que les importamos, las que nos quieren, las que si nos hacen daño es porque quiere que mejoremos, no que lloremos.

Tenemos que aprender a ponernos el chubasquero y que nos resbalen opiniones de gente ajena a nuestra vida. 

Mi lema es "Vive y deja vivir". Al que le guste, bien y al que no que arree. 



2 comentarios:

  1. ha sido leerte y acordarme de esto

    En la antigua Grecia, Sócrates fue famoso por su sabiduría y por el gran respeto que profesaba a todos.

    Un día un conocido se encontró con el gran filósofo y le dijo:
    ¿Sabes lo que escuché acerca de tu amigo?
    Espera un minuto -replicó Sócrates-. Antes de decirme nada quisiera que pasaras un pequeño examen.

    Yo lo llamo el examen del triple filtro.
    ¿Triple filtro?
    Correcto -continuó Sócrates-. Antes de que me hables sobre mi amigo, puede ser una buena idea filtrar tres veces lo que vas a decir, es por eso que lo llamo el examen del triple filtro.

    El primer filtro es la verdad
    ¿Estás absolutamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto?
    No -dijo el hombre-, realmente solo escuché sobre eso y…
    Está bien -dijo Sócrates-. Entonces realmente no sabes si es cierto o no.

    El segundo filtro, el filtro de la bondad
    ¿Es algo bueno lo que vas a decirme de mi amigo?
    No, por el contrario…
    Entonces, deseas decirme algo malo sobre él, pero no estás seguro de que sea cierto.

    El tercer filtro de la utilidad
    ¿Me servirá de algo saber lo que vas a decirme de mi amigo?
    No, la verdad es que no.

    Bien -concluyó Sócrates- si lo que deseas decirme no sabes si es cierto, ni bueno, e incluso no es útil ¿para qué querría saberlo?

    eso deberiamos de hacer todos.

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