viernes, 30 de septiembre de 2016

Termino y te llamo

Y sabes que no es verdad. Lo que pasa es que nos gusta ponernos límites porque no somos capaces de hacerlo en el momento.

Jugamos al "si la próxima persona que suba al autobús lleva un jersey rojo lo hago", y si no pues para la próxima.

Con lo fácil que es coger el toro por los cuernos y terminar con ese come come que no nos deja ser libres.

A mí me está pasando eso. Desde el pasado mes de abril tengo una llamada pendiente que sé que tengo que hacer, pero no me atrevo. Me da miedo obtener una respuesta desagradable de la otra persona, me da miedo a que se ría de mí, a que piense que soy ridícula...

Pero tengo que hacer esa llamada. Se la debo y cada día que pasa es peor. Y ese momento va a llegar, el día que menos lo espere, cuando ya no pueda más voy a coger el teléfono y voy a intentar decirle todo lo que me consume.

Y si pierdo pues pierdo y ya está. Pero si gano...

Venga, cuando me la termine te llamo...

Y esta vez sí. 


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