Dulce bombón

En mi anterior entrada expuse mi forma de pensar sobre el día de San Valentín. 

Me encanta el chocolate y mi San Valentín lo sabe, así que unió dos cosas que me fascinan, el chocolate y París. Ya que no pudimos pasar el día en la ciudad del amor, me trajo un trocito a mi casa en forma de caja de bombones. Mi amor no quiso dejarme sin detallito y aunque los tiene todos los días del año, este día también quiso hacerlo. 

Dos de mis pasiones, París, a quien le dedicaré una o dos entradas y los bombones. No se si el chocolate es o no adictivo, pero cuando vienen de esta manera se hacen indispensables. Si el día de los enamorados es un día comercial o no, no es la cuestión. La pregunta es, si esperamos a tener pareja para celebrar que estamos enamorados ¿por qué no celebrarlo cuando la tenemos?

Besitos de chocolate!

Gracias mi vida, por hacerme sonreír también el día de San Valentín.