jueves, 13 de octubre de 2016

Vidas inventadas

Uno de los balcones de mi casa, el que está en el salón da a las habitaciones de un hotel.

Me sorprende la cantidad de huéspedes que entran y salen cada semana, cada fin de semana. 

Gente de distintos países y nacionales. Se asoman al balcón de la habitación y alguna que otra vez me han saludado.

Desayuno justo ahí y el café de la tarde me lo tomo al lado de ese balcón si estoy en casa. Y miro al hotel y veo a los turistas. Como soy tan imaginativa me invento la vida que tienen. Por la pinta los ubico en un país. Me pregunto qué conocerán de Granada, si es la primera vez que vienen, si vienen para arreglar algún tema sentimental, me pregunto a qué vendrán los que lo hacen solos...Me invento los trabajos que tienen. Los hay con pinta de funcionarios, otros de escritores, un médico, alguien que ha venido a gastar una herencia familiar...

Cuando termina mi desayuno o mi café de la tarde terminan las historias. Me olvido de esos turistas porque lo que se ve tras una ventana no es lo que pasa en la vida real. Ni siquiera seguro que es ni parecido. Es un rato de imaginación que me tomo para mí.

Y me pregunto, ¿por qué la gente no hace justo eso? ¿Por qué no se preocupan de sus vidas? Claro que todo el mundo tiene una opinión, pero ¿por qué no observan, se callan y siguen con sus vidas? ¿Por qué ese llevar y traer construyendo una realidad de otras personas que no es tal?

Todos somos espectadores y todos en algún momento hemos hablado más de la cuenta de otros. Me alucina los comentarios que leo en algunas fotos en Instagram de gente más o menos conocida. Hay gente que lleva la vida de esas personas mejor que la propia protagonista. Incluso se atreven a contestar por ellas si alguien les pregunta algo. En serio, ¿tanto tiempo tienen como para seguir una vida a través de unas fotos o de 30 minutos de un vídeo de YouTube? ¿De verdad nos creemos todo lo que nos quieren mostrar?

No me interesa la vida de los demás que no pertenecen a mi familia más cercana. Me da absolutamente igual de quién se ha enamorado fulanito o de con quién ha sido vista menganita. Me hace mucha gracia cuando en la tele, sale ese vecino que saludaba por las mañanas pero que al final era un asesino, y que sus vecinos dicen que no lo conocían, pero por la apariencia y por las veces que lo vieron entrar y salir te construyen una vida. 

Todo iría mucho mejor si no nos metiéramos en la vida y circunstancias de los demás y nos preocupamos de nuestros problemas y de ser mejores cada día. 

Hace mucho tiempo que lo practico, y la verdad, que muy bien. 


Calle Padua 75, Barcelona, España.:


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